EL CHULLANCHAQUI

 Katiuska Ramirez

En una boscosa quebrada,

por un riachuelo surcada,

Meditaba pensativa y cansada,

cuando por el sueño fui arrullada.

 

Del riachuelo  una sombra desveló,

medio  cabra,  medio  hombre se reveló:

en vez de dos  pies, uno mostraba,

y de su mentón una barba colgaba.

 

Entre los troncos y ramas escondido,

Tocó dulcemente su dulce melodía;

que el corazón hacía sentir que dolía,

pues de dolor venía aquel silbido.

 


Los insectos y animales se juntaron alrededor

para aplaudir y disfrutar   del mágico clamor.

de pronto del sueño desperté,

y a nuestra vida de quebrada retomé;

 

Pero en ocultas quebradas aún puedo escuchar

las hermosas melodías junto con las aves al silbar

me siento observada y vigilada

ya no hay miedo en mi mirada

 

Esperanza y consuelo cuando se siente

de la selva muy adentro presiente

con la mirada cansada

por la selva arrullada.



 

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